Manual de las buenas maneras.



Platos, copas y cubiertos.

Por informal que sea una invitación, los anfitriones siempre deben cuidar de que los alimentos se sirvan de la mejor manera posible, y de que los invitados dispongan de todos los utensilios necesarios para una comida perfecta.





LA VAJILLA.

Una vajilla completa de 12 servicios consta de 56 piezas que se distribuyen en 12 platos hondos, 24 llanos, 12 de postre, una sopera, una ensaladera, una salsera con plato, fuentes de al menos dos tamaños y rabaneras.
hay otras piezas que conviene tener y que no suelen venir con la vajilla, como los platillos para la mantequilla y el pan. También la taza de consomé, que tiene doble asa y su propio plato, se adquiere aparte, pero, en general, se fabrica a juego con los distintos modelos de vajilla.

Al organizar el servicio en el puesto de cada uno de los invitados, no se emplea la totalidad de los platos necesarios para cubrir el menú. la mesa se pone con un bajoplato de metal  (si no se tiene no es imprescindible, con el mantel será suficiente) y sólo un plato llano. Este plato se irá cambiando a medida que se usa, teniendo en cuenta que todo, excepto la sopa y el postre, se sirve en esta pieza de la vajilla. En cuanto a la sopa, se servirá en platos hondos o en tazas de consomé, siempre elegantes, cuando los invitados estén a punto de sentarse. Tanto el plato sopero como la taza de consomé con su propio pato requieren un plato llano debajo, nunca se colocan directamente sobre el mantel. Delante del plato y un poco a la izquierda de comensal, se sitúa el platillo del pan.







EL LAVADEDOS

Cuando se sirven alimentos con los que, de alguna manera hay que usar las manos, como los mariscos, hay que sacar a la mesa un lavadedos; se trata de un pequeño bol de cristal con agua templada con limón. Sobre todo, no confundirlo con un sorbete: sólo sirve, como su nombre indica, para lavarse los dedos.







LA CRISTALERÍA.

 Una cristalería completa consta de 48 piezas: 12 copas de agua, 12 de vino tinto, 12 de vino blanco y 12 de cava. Las jarras y las botellas se adquieren aparte, así como también los servicios de bar. Las copas deben ser de cristal transparente, para poder apreciar el color de los vinos. La copa de agua es la más grande.Viene luego la del vino tinto, cuya forma debe de marcar la elección de la cristalería y debe de ser un poco panzuda. Por último, la copa de vino blanco, que es ligeramente más pequeña que la anterior. 
Para el cava y el champán, la copa aconsejada es la flauta, aunque también admiten las de tulipán. Nunca hay que usar las planas tan comunes en otros tiempos.
El jerez tiene también su copa especial: el catavinos.  El coñac y el brandy se toman en copas de balón.






LOS CUBIERTOS.


Una cubertería completa de 12 servicios consta de 128 piezas e incluye habitualmente las piezas de servir, aunque no las de trinchar. Hay tres tipos de cucharas (café, postre y sopa). tres clases de cuchillos (la pala de pescado, el da la carne y el del postre) y tres tipos de tenedores (el de pescado, de tres púas:  el de carne y el de postre, éste más pequeño). Algunas cuberterías tienen un tenedor para las ostras, pequeño con tres púas.







CÓMO USARLOS.

Al tomar el cuchillo, el mango queda oculto en la palma de la mano. El dedo índice, extendido hacia el dorso del mango, es el que presiona hacia el plato, pero sin tocar la hoja; el pulgar lo sujeta por el lateral del mango, que los otros dedos rodean para sostenerlo bien. El tenedor se usa en solitario en algunos entrantes o productos de pastelería. En este caso, se emplea con las puntas hacia arriba y se coge con los tres primeros dedos de la mano y lo más cerca posible del final del mango. Cuando se usa con el cuchillo para el plato principal, el tenedor se emplea con las puntas hacia abajo y se toma de manera similar al cuchillo. El tenedor sujeta el alimento y el cuchillo corta un trozo, que el comensal se lleva a la boca ( jajajajajajaja como si no fuésemos capaces de comer).
El cuchillo se utiliza también para ayudar a llevar a la comida hacia el tenedor. Algunos alimentos, como los que forman parte de las guarniciones, pueden o bien apilarse en el reverso del tenedor o bien dar la vuelta a éste y usándolo como cuchara, recoger los alimentos desde el interior del plato.

EL PAN, A MANO.

Al usar los cubiertos, es sumamente incorrecto asir la cuchara por el mango con el puño cerrado, así como usar el cuchillo para comer y cortar el pan. (se trocea con las manos). También lo es que, al cortar un alimento, el cuchillo, "chirríe" contra el plato, o levantar los codos, en plan alas extendidas, al usar los cubiertos.

El tenedor también se usa con la cuchara en ciertos platos, como los búdines y en casi todos los postres, siempre que no requieran ser cortados con cuchillo. En este caso, la cuchara se coge con la mano derecha tal como se ha descrito con el tenedor y éste se usa con las puntas hacia arriba.
En cuanto al tenedor de pescado, se usa como el de la carne, pero ayudándose con la pala de pescado. Ésta se coge como el cuchillo cuando se usa para cortar, y plana para separar, por ejemplo, los filetes de pescado.

Cuando hay una pausa en la comida, el cuchillo y el tenedor deben dejarse sobre el plato formando un cierto ángulo entre sí (nunca en forma de cruz encima uno del otro por que se da a entender que al comensal no le ha gustado la comida), con las puntas del tenedor hacia abajo. Al final de la comida, sin embargo, se dejan juntos en el lado derecho del plato, con el tenedor hacia arriba.


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Comer guisantes:

Lo que si se puede hacer  

Uno de los alimentos más pesados de tomar son los guisantes, para los que, cuando forman parte de la guarnición de un plato, deben usarse el cuchillo y el tenedor. la técnica que se recomienda consiste en dar la vuelta al tenedor son cambiarlo de mano y luego, con cuidado para que no se caigan, amontonar encima los guisantes, si es preciso, empujándolos discretamente con el cuchillo

Lo que no hay que hacer.

Es incorrecto pinchar uno o dos guisantes con el tenedor y luego intentar amontonar un puñado en el dorso de éste... con el consiguiente derramamiento de los guisantes, con suerte, sólo por el plato. también lo es pincharlos todos con el tenedor. y si es un primer plato, por ejemplo guisantes con jamón, el cuchillo ni siquiera debe aparecer en la mano del comensal, que tendrá que ayudarse con un trocito de pan.







Cómo comerlos.


Hay algunos alimentos para los que la etiqueta en la mesa marca unas normas, a veces poco o muy poco conocidas, pero que si las incorporamos a nuestra vida, a la hora de ser invitados en una fiesta o cena volverán a casa sin ninguna mácula.


ALBARICOQUES:
Se toman con la piel, por tanto, deben de salir a la mesa muy limpios y por tanto NUNCA pelarse.

ALCACHOFAS:
Si las alcachofas salen enteras a la mesa, las hojas se arrancan con los dedos una por una y con delicadeza y su extremo carnoso se introduce en la salsa. Dicho extremo se raspa con los dientes y el resto de la hoja se va dejando a un lado del plato. El corazón de la alcachofa se come con cuchillo y tenedor.

BOLLERÍA:
Los bollos se trocean con los dedos, preferiblemente con el pulgar y el dedo índice, sería incorrectísimo hacerlo a pellizcos utilizando todos los dedos como si fuese una hogaza de pan. Tampoco se cortan por la mitad con el cuchillo.

CARACOLES:
Los caracoles o escargôts, rara vez se toman en los domicilios particulares, aunque sí que aparecen con frecuencia en las cartas de los restaurantes. Se sirven con un par de pinzas especiales y con un tenedor de púas en forma de horquilla. Se sujeta la concha con las pinzas y se extrae el caracol con el tenedor.
Queda particularmente grosero y de muy mala educación a la par de ordinario utilizar el palillo de madera o también llamado mondadientes y sorberlo como si fuera un sorbete. Si se quiere saborear la salsa, se deberá hacerlo siempre procurando hacer el menor ruido posible.

CEREZAS Y UVAS:
Se cogen siempre por el rabito con los dedos pulgar e índice. El hueso se deposita con suma discreción en la mano y luego se deja en un lateral del plato.

CÓCTEL DE GAMBAS O DE LANGOSTINOS:
Se come con cucharilla de postre, ayudándose con el tenedor de postre si fuese necesario.

CONSOMÉ:
Se lleva a la mesa en su propia taza con dos asas y su propio plato. Se toma con la cuchara de consomé, que es de tamaño mediano; si no se tiene, la cuchara sopera también sirve. El final del consomé puede tomarse directamente de la taza. Al terminar, la cuchara se deposita en el platillo.

CRUSTÁCEOS:
Existen tenazas especiales para romper el caparazón. Luego se emplea una cucharita o un tenedor pequeño para comer su interior.

ENSALADA:
Se sirve ya cortada, de forma que no haga falta cuchillo; se toma con el tenedor.

ESPÁRRAGOS:
En la intimidad pueden comerse con los dedos; en situaciones formales, hay unas pinzas especiales para manipularlos.

HUEVOS PASADOS POR AGUA:
Se sirven en una huevera colocada sobre un platillo. Con una cucharita, se golpea ligeramente la cáscara para romperla, se pone sal y se introducen en el huevo trocitos de pan, que se llevan a la boca con la ayuda de la cucharita.

LANGOSTA:
Suele servirse partida en dos mitades. La carne se come con los cubiertos de pescado.

MANTEQUILLA:
Suele servirse en un plato individual y con su propio cuchillo, que es pequeño.Si sale a la mesa en una pastilla común, se corta una porción que se coloca en el propio plato.

MAZORCAS DE MAÍZ:
Se cogen con los dedos y se van arrancando los granos con los dientes, aunque a veces se colocan unas pequeñas púas con mango a ambos extremos. Luego se usa el lavadedos. Sin embargo, no es fácil que las mazorcas de maíz aparezcan en una cena de compromiso, sino en reuniones familiares o informales.

MEJILLONES:
Si se sirven con sus conchas, se cogen uno a uno con la mano y se van extrayendo los moluscos con el tenedor. otro método, también válido, consiste en reemplazar el tenedor por la concha ya vacía de uno de los mejillones, que se usa como una especie de cuchara con la que se extrae cada molusco de su valva. Luego se usa el lavadedos.

MELOCOTONES:
Son bastante comprometidos. Hay que pelarlos con el cuchillo de postre mientras que se sujetan con el tenedor contra el plato.

MELÓN:
Se sirve en cortes longitudinales, que se sujetan contra el plato mientras, con el cuchillo, se separa la pulpa de la corteza y se corta en trozos pequeños, que se llevan a la boca con el tenedor.

NARANJAS:
hay que desplegar mucha habilidad con ellas, pues hay que pelarlas con el cuchillo y el tenedor y cortarlas, gajo a gajo, procurando no poner perdida la mesa.

OSTRAS:
Hay un tenedor especial para ellas. La carne se separa de la concha, que se rocía con limón antes de llevarla a la boca.

PASTA:
Los spaghetti y los tallarines se toman cogiendo unos pocos con el tenedor y enrollándolos sobre sí mismos. Se pueden apoyar en una cuchara y NUNCA se absorben.

PATÉ:
Se toma en tostadas, a veces untadas con mantequilla y cada bocado se prepara a medida que se va a comer.

PERAS Y MANZANAS:
La manera más elegante de comer cualquiera de estas dos frutas es trocearla en cuartos, pelarlos y comerlos con el cuchillo y el tenedor. si a alguien le gusta la piel, no hay ninguna razón para que no la pueda comer.

PESCADO:
Se come con el tenedor de tres puntas y la pala. bajo ningún concepto hay que usar el cuchillo de la carne.

PIZZAS:
En el restaurante se emplea el tenedor y el cuchillo. Los dedos se reservan para la intimidad.

PLÁTANOS:
Con el cuchillo se cortan los extremos; luego, la pieza se abre a lo largo y se extrae la fruta, que se trocea con el tenedor.

QUESOS:
Se sirven y se comen con pan. Si  son duros, hay que quitarles la corteza; si son blandos, no hace falta. Los cremosos se pueden untar en pan con el cuchillo de postre.

REPOSTERÍA:
los postres dulces se toman con cuchara de postre y tenedor. Los helados y los sorbetes se toman siempre con cuchara ( si se tiene curara cuadrada de postre mucho mejor).

SOPA:
Siempre con cuchara. la sopa se toma por un lado de la cuchara, nunca por la punta. Se introduce en el plato por el borde más próximo al comensal y se saca hacia el interior. Cuando el plato está casi vacío, se inclina ligeramente y se toma lo que haya quedado. Al terminar, la cuchara se deja dentro del plato.

TORTILLAS:
Está fuera de lugar contarlas con el cuchillo. Los platos de huevos siempre se toman con el tenedor y con la ayuda de un trocito de pan.

VERDURAS Y PATATAS:
No hay que trocearlas con el cuchillo, sino con el tenedor.



TRINCHAR; UN RETO PARA QUE UN ANFITRIÓN DÉ LA TALLA.
Trinchar un ave es todo un arte, y para hacerlo como se debe, en la misma mesa, y quedar como un señor hay que dominar perfectamente la técnica. aunque sólo la práctica hace al experto, daremos algunas indicaciones básicas para no iniciardos. Los instrumentos necesarios son el trinchante, un gran tenedor de dos púas y un cuchillo, también grande y muy bien afilado.
Lo primero que hay que hacer es sujetar bien el ave: luego, con el cuchillo, hay que cortar las articulaciones de las alas y separarlas de las pechugas. después se procede de la misma manera con las articulaciones del muslo, que se separan facilmente. Es el momento de filetear las pechugas; se empieza por la parte exterior, quitando primero la piel y moviendo el cuchillo en sentido horizontal. Por último, se procederá a filetear el resto del ave.
la carne se irá sirviendo a medida que se corta.
Es fácil deducir que hay que trabajar con rapidez para evitar que llegue fría a los platos.

OTRAS CARNES:
En teoría, también se trinchan en la mesa la pierna y la paletilla de cordero y la pierna de cerdo. Para la primera, se dan un par de cortes para trinchar alrededor del centro: luego se le da la vuelta a la pierna y se filetea en sentido horizontal. para la paletilla, se cortan lonchas gruesas o final, a uno y otro lado del centro antes de darle la vuelta y terminar de contar en sentido horizontal. la pierna de cerdo, por su parte, se va trinchando alternando los dos lados. Lo más agradecido es el redondo de ternera: como no tiene hueso, se divide en buenas lonchas y ya está listo para comérselo.


Todo un arte:

En el S.XV el marqués Enrique de Villena tenía tan clara la dificultad del trinchado que llegó a escribir todo un tratado sobre el tema, que por cierto, no ha perdido vigencia: el Arte Cisoria. Y es que, mientras pueda evitarse, un anfitrión no avezado debe practicar en privado antes de decidirse a trinchar una carne ante sus invitados. lo más práctico, en realidad, es sacar a la mesa las viandas ya cortadas: ponerse a ello, por ejemplo, antes de iniciar la comida y mantenerlas debidamente calientes hasta la hora de servir. Es un buen consejo para evitar algunos desastres posibles.



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Organización de una fiesta.

Existen numerosas razones para organizar una fiesta en casa, desde ninguna, o sea, por el gusto de hacerlo, hasta los diversos compromisos de la visa social o las celebraciones familiares. 
En cada caso, lo primero es elegir el escenario más adecuado.

En general puede decirse que son dos los factores que determinan la elección del tipo de fiesta a realizar. El primero es el número de invitados; el segundo, la formalidad de la ocasión. un tercer factor, relacionado indirectamente con ambos, es el tamaño de la casa. Es evidente que en un piso moderno es imposible organizar una cena de gala para doce personas, pero no es tanto una cena para seis y hasta para ocho invitados, aunque sea para una ocasión formal.
Así pues, si se quiere organizar una invitación multitudinaria, hay que recurrir al buffet o al coctel, quizá más fáciles de preparar, pero más informales. Si, a pesar de todo, se requiere un almuerzo o una cena con muchos invitados y de cierto compromiso, lo ideal es acudir a un restaurante.

13, 14 o 15.
Una de las supersticiones más corrientes es la del número 13; así, hay quien aconseja no sentar nunca 3 invitados a la mesa.
Conscientes de ello, los anfitriones convocan a 14... y justo es cuando falla alguno.
Asi pues, se recomienda a los supersticiosos invitar sólo a 12 o a 15 para evitar este tipo de situaciones.

LAS INVITACIONES:

El modo de invitar depende siempre de la intimidad de los anfitriones con los invitados, si no la hay, se invitará por escrito, al menos con un mes  (yo creo que se han pasado) o tres semanas de antelación, si son conocidos, se puede invitar por teléfono, pero siempre con el mismo margen de tiempo. Los invitados deben confirmar su asistencia.
En las invitaciones escritas o por teléfono, siempre se mencionará el día y la hora a la que empieza la reunión. 
si la casa es dificil de encontrar, estará bien indicada con un plano de la situación.

NOTA:  (todavía no hay nada escrito si es correcto o no invitar por e-mail... jajajajajaja)

LOS BUENOS HORARIOS.
Cada fiesta tiene sus horarios más adecuados, aunque en esto la última palabra la tienen los anfitriones. un almuerzo (para nosotros comida) se convoca entre la 1:30 y las 2; una cena, entre las 9:30 y las 10. El buffet funciona como una cena, y el horario será similar, por el contrario; un cóctel puede sin mayores problemas comenzar a las 8 de la tarde. las meriendas siempre se sirven entre las 5 y las 6 de la tarde. En cuanto a las fiestas con baile, si van acompañadas de cena se iniciarán al horario de ésta, aunque también se pueden organizar de las 12 de la noche con el tentempié y las copas.






UNA CENA PARA LOS AMIGOS:


Se dice que el arte de un buen anfitrión se manifiesta en el grado de placer y satisfacción que es capaz de proporcionar a sus invitados.
y es en un almuerzo o en una cena en su propia casa, sea o no de compromiso, donde tendrá ocasión de desplegar sus cualidades.

Aunque lo más importante de una cena en casa con los amigos es la conversación y el buen rato que se espera pasar, es fundamental disponer el menú y preparar el marco en el que se va a servir.

  • AL ELEGIR EL MENÚ.
Un buen menú tiene que ser equilibrado; por ejemplo, no se pueden elegir dos platos fuertes y un postre contundente, y un plato sazonado debe ser compensado con un entrante fresco y ligero. 
La comida tiene que quedar perfecta. hay que ir sobre seguro y no experimentar con recetas nuevas, ni programar algo imposible de controlar.
Tan adecuado será un menú de dos platos como uno de tres; más, sería una locura.
El control del tiempo es importante: no es de recibo sacar a la mesa un asado crudo, si se tiene que empezar con más horas de las que se tenía previsto para preparar el menú, no se desmoralice, sus invitados lo agradecerán.
Así, es aconsejable que parte del menú se pueda preparar por la mañana, o el día anterior.
No es posible pasar la mitad del tiempo en la cocina y atender bien a los invitados.


  • CUESTIÓN DE CORTESÍA.
Una buena anfitriona debe preocuparse de si alguno de sus invitados sigue algún tipo de régimen por razones de salud, o tiene prevenciones religiosas hacia algún tipo de alimento. Si se da el caso, programará algo especial para él/ella, a fin de que no se sienta al margen de la fiesta. seguro que lo agradecerá.
también convendría averiguar si alguno de los invitados detesta algún alimento en particular. Si eso no es posible, huir por sistema de platos conflictivos, como los callos, la coliflor o el hígado encebollado por poner unos ejemplos.





  • LA MESA.
Una mesa se puede poner con un gran mantel o con mantelitos individuales; en ambos casos, hay que poner debajo un muletón para evitar el ruido de la vajilla al servir los platos.
Las servilletas se colocarán encima del plato o a su izquierda. Y no hay que buscarse complicaciones a la hora de doblarlas. ¡Lo que importa es que estén bien planchadas!
Platos y cubiertos dependerán del menú elegido;
(En la fotografía os indico como es la colocación de las piezas principales, así de las copas para los distintos vinos).
Es preceptivo poner copas de cristal transparente tanto para el vino blanco como para el tinto. Apreciar su color es tan importante como disfrutar de su aroma y de su sabor.
Los adornos de la mesa no se deben de privar a los comensales de verse unos a otros; hay que huir por tanto de: candelabros ostentosos y ramos impresionantes.
Es importante cuidar la armonía del color entre los elementos que componen el servicio de mesa. Y, por favor, no mezclar estilos ¿que papel haría un mantel de dibujos abstractos con una vajilla Carlos III?





DISCRECIÓN, DIVINA PALABRA.
Es una imprudencia hacer comentarios del tipo:
"Yo hubiera puesto un mantel verde para esta vajilla"
Por que puede molestar a la anfitriona; si algo no nos gusta, lo correcto es no mencionarlo siquiera. 
Si se debe, en cambio, elogiar la cena, y hacerlo tanto si nos ha gustado como si no; esa es la norma de la buena educación.



Lo que NO hay que hacer.

1º) Un invitado jamás debe llegar demasiado pronto ni demasiado tarde. En el primer caso, puede pillar sin arreglar a los anfitriones; en el segundo, puede hacer que la cena se enfríe y molestará a todo el mundo.
Los rezagados merecen quedarse sin comer, excepto si pueden justificarse convenientemente.

2º) No es nada correcto llevar una botella de vino a una comida o a una cena, pues los anfitriones se sentirían obligados a abrirla (aunque no tienen por qué), y tal vez no se acomode a ninguno de los platos previstos en el menú.
También queda fatal llevar algo de comer; parecería dar a entender que se desconfía hacia las capacidades de los anfitriones.


Lo que SI que hay que hacer.

1º) Si por algún motivo no se puede asistir a la cena, hay que avisar con antelación suficiente para que los anfitriones tengan tiempo de llamar a otra persona, queda de muy mala educación llamar a última hora.

2º) Es de muy buena educación obsequiar a la anfitriona la primera vez que se acude a su casa; lo mejor es mandar un ramo de flores, todo lo más tarde, al día siguiente.
Tampoco está mal llevar unos bombones o trufas heladas.


  • LOS VINOS.
Aunque se haya gastado una fortuna en vinos de marca, está fuera de lugar colocar las botellas en la mesa; si se pude, en cambio, mostrar éstas a los comensales antes de servir el vino. El lugar de las botellas es el aparador o en su defecto una mesa auxiliar. Si hay vino que se sirven fríos, como los blancos o el cava, hay que disponer de una enfriadera con cubitos de hielo (y tener una buena cantidad de reserva).

  •   *  IMPORTANTE:         LA COLOCACIÓN DE LOS INVITADOS.
Toda mesa tiene presidencias (dos), que ocupan, en general los anfitriones.
La tradición manda que el invitado varón de más edad se siente a la derecha de la anfitriona, y su esposa a la derecha del anfitrión, el segundo a la izquierda de la anfitriona, y su esposa lo mismo respecto del anfitrión, y así sucesivamente
NUNCA hay que sentar a dos señoras y a dos caballeros juntos, como se puede ver, SIEMPRE se alternarán unos y otras, y es preceptivo separar en la mesa a los matrimonios (para evitar posibles disputas).
El orden a la hora de servir en la mesa se llevará a cabo de la misma forma que se ha colocado anteriormente, del de más edad al más joven.


  •  LAS PRESENTACIONES.
Al llegar los invitados, lo primero que hay que hacer, si es preciso, es proceder a las presentaciones.
los más jóvenes se presentan a los de más edad, los caballeros, a las damas y los solteros a los casados. Nada de fórmulas tipo:  "aquí María, aquí Paco"; hay que ofrecer una información coherente (¿Conoces a mi hermana María? Te presento a Paco, un compañero del trabajo). Y NUCA, repito, NUNCA presentar a la propia mujer como:   "mi señora" y/o "mi parienta". ( al contrario, se dirá:  Te presento a Ana, mi mujer ó, Quiero que conozcas a Fernando, es mi marido).

  • LOS APERITIVOS.
Se sirven, más o menos media hora antes de la cena. Son perfectos para que los invitados entren en calor y proporcionan a los anfitriones un tiempo adicional para los últimos detalles. Como su nombre indica, su función es abrir el apetito, pero no saciarlo; conviene, por tanto, elegirlos ligeros y siempre en relación con el menú que vendrá a continuación.



  • SENTARSE A LA MESA.
En los tiempos de una comida, la anfitriona es la que marca la pauta. Ella es quien avisa a los invitados de que la cena está servida, poniendo fin así al aperitivo, y los conduce a sus respectivos asientos. En una sin protocolo, no hace falta marcar dichos asientos con tarjetas; además de esta forma queda mucho más personal.
La anfitriona será la primera en sentarse, indicando así a los demás que pueden hacerlo.

  •  SERVIR LA MESA.
Los platos se sirven en orden. Primero , la sopa o el entrante, luego, el pescado, y por último, las carnes y los postres. Si hay servicio, la cosa es fácil: lo correcto es que los platos o las fuentes se presenten por la izquierda del comensal y se retiren por la derecha. Los vinos también se sirven por la derecha.
Pero si el servicio lo llevan los anfitriones, el asunto se complica.
Lo más aceptado es que la anfitriona coloque la fuente, con los cubiertos de servir en ella, a la izquierda de la dama sentada a la derecha del anfitrión; ésta, después de servirse, la hará circular en sentido contrario de las agujas del reloj, para que a cada invitado le llegue por la izquierda. 
Las sopas y caldos estarán en la mesa cuando se sienten los invitados.
Nadie debe empezar a comer hasta que no lo haga la anfitriona.
Para el postre, lo mejor es que la anfitriona coloque todos los platos junto a si y lo vaya sirviendo ordenadamente a los invitados.
Servir los vinos es competencia exclusiva del anfitrión.


  •  EL COMPORTAMIENTO EN LA MESA.
La postura correcta es mantener la espalda erguida y apoyar en la mesa sólo los antebrazos, aunque se permite "subir" los codos entre plato y plato. Los alimentos se llevan a la boca, no la boca a los alimentos, y sólo excepcionalmente se cogen con las manos.
Hay que procurar no servirse en exceso; dejar sobras sería una ofensa para la anfitriona. Si un invitado se encuentra con un alimento que le disgusta, debe tomar poca cantidad, pero es de muy mal gusto rechazarlo de plano.
un invitado nunca debe de servir a los demás, a no ser que se lo pidan expresamente o sea un niño pequeño. Ni acercar la copa a la botella de vino, a riesgo de provocar una catástrofe por falta de sincronización.


DECÁLOGO DE LOS ERRORES.
- La comida no se sopla, aunque esté, literalmente, quemando.
- La sopa se come en silencio, (y el resto también).
- Hay que masticar con la boca cerrada; los espectáculos, después de la cena.
- Prohibido hacer "glú-glú" al tragar cualquier líquido.
- Es de mal gusto mirar con voracidad el plato ajeno.
- Hay que saber distinguir una servilleta de un babero antes de atreverse a salir de casa.
- Los palillos o mondadientes, para las aceitunas. Si hay problemas con el clásico trocito de carne en los dientes, hay que disculparse y retirarlo en el cuarto de baño (ahí si que se acepta el palillo).
- Por muy prolijo que uno sea, es imperdonable limpiar los cubiertos con la propia servilleta antes de usarlos.
- La carne se corta en trocitos solamente para los bebés y niños pequeños.
- Nadie está más ridículos que cuando saborea un vino con cara de entender. En este tema, meter la pata es de lo más fácil.



LAS CONVERSACIONES.
En la mesa y a no ser que los invitados sean de absoluta confianza, hay una serie de temas que son tabú. Veamos unos ejemplos: 
No se debe hablar de enfermedades y operaciones quirúrgicas.
No se debe hablar de temas pornográficos o escatológicos.
No se debe de hablar de funerales.
Es incorrectísimo hablar del dinero; fuera de alguna anécdota; también lo es hablar del trabajo: Asimismo, hay que evitar alusiones directas a personas, pues podrían ser parientes o amigos de los anfitriones o de los invitados.
Es preceptivo evitar el chismorreo malsano. Y es de muy mala educación que dos o tres invitados monopolicen la conversación con un tema en que los demás no tienen acceso.
¿De qué, entonces, se puede hablar en la mesa? Cuando la gente es tolerante y educada, de cualquier tema interesante.
No hay nada peor que una conversación vacía de contenidos para hacer de una velada de algo perfecamente olvidable.


  • LA AYUDAS.
Es mejor que los invitados no ayuden a retirar los platos sucios; no hay nada peor que una mesa medio vacía, con la mayor parte de los invitados circulando de aquí para allá.
La anfitriona tendrá buen cuidado de disponer un carro auxiliar cerca de sí; en la bandeja superior se colocarán los servicios limpios y en la inferior, los usados, luego discretamente, los llevará a la cocina.
Los buenos anfitriones nunca se ponen a limpiar la vajilla mientras los invitados están en su casa; se sientan con ellos y disfrutan de la velada.



DE AYER Y DE HOY.
Los tiempos modernos han introducido algunas variaciones inevitables en los escenarios tradicionalmente descritos en los manuales de buenas maneras.
Un ejemplo de ello es que cada vez hay más divorciados en nuestros grupos de amigos, y hombres y mujeres sin pareja que, no obstante, reciben en solitario con mucho estilo. También hay muchas parejas que colaboran en perfecta igualdad en todas las etapas de la cena. Así pues, habrá mil ocasiones en las que el manual nos estorbará. Y ¿Qué hacer si la anfitriona entiende mucho más de vinos que el anfitrión? Pues celebrarlo. hay muchas maneras de hacer bien las cosas que hay que hacer.


  •  EL CAFÉ Y LOS LICORES.
Al terminar la cena, la anfitriona se levantará para pasar al salón ( si se tiene), donde se servirán el café y los licores. El primero es también competencia de la anfitriona, que colocará el servicio en una mesita, preguntará a cada comensal si quiere o no azúcar y le entregará la taza servida con la cucharilla en el platillo.
Es una buena cosa tener disponibles infusiones o tisanas, sobre todo en una cena, pues mucha gente se desvela si toma café por la noche.

Los licores quedarán a cargo del anfitrión. Es importante que haya variedad, secos y dulces y de distintas graduaciones, pues en este tema hay muchas diferencias de gustos. Las botellas se dispondrán en una mesa auxiliar, así como las copas adecuadas para cada tipo de licor.


EL TABACO.
 En la mesa no se debe fumar, entre otras cosas porque el tabaco no permite saborear los platos. La excepción es que los anfitriones lo permitan encendiendo sus propios cigarrillos.
A la hora del café, ya es otra cosa. Su hay invitados fumadores, es de cortesía ofrecerles cigarrillos o cigarros; si son de su marca preferida, mucho mejor. Los invitados, antes de fumar, pedirán permiso a los anfitriones y a los demás presentes, aunque sepan de antemano que se lo van a conceder.
Sobre todo, si se trata de encender un puro o un pipa; a mucha gente le molesta el aroma de este tipo de tabaco.


  •  LAS DESPEDIDAS.
Este momento siempre es problemático para un invitado, pues puede dar el pistoletazo de salida para los demás y acabar, sin quererlo, con la reunión. En una cena que comienza a las nueve y media, la hora más normal en nuestro país, es adecuado despedirse entre las doce y las doce y media de la noche, a no ser que los propios anfitriones los que den por terminada la reunión.
Naturalmente, los dueños de la casa acompañarán a los invitados a la puerta, y estos les agradecerán efusivamente su hospitalidad.





El cóctel y el buffet son dos maneras muy adecuadas de reunir a un buen número de invitados: el primero, para una cena, y el segundo , para una copa. Ambos se caracterizan por ser invitaciones sin etiqueta, y suelen ser muy divertidas para los invitados.

Cuando se espera recibir en casa a mucha gente, lo primero que hay que pensar es en el espacio necesario por el que se moverán los invitados, que será mucho. Un buen truco para que éstos circulen por donde quieran los anfitriones es colocar más de una mesa con alimentos y bebidas, ya que todo el mundo tiende a quedarse cerca de ellas. Hay que retirar todas las chucherías que suelen adornar las casas y sustituirlas, por ejemplo, por adornos de flores o de plantas. Si uno quiere conservar intactos sus muebles, es imprescindible colocar lugares estratégicos gran cantidad de ceniceros, y que sean muy grandes


LA ORGANIZACIÓN:
Para estos eventos, la mesa se cubre con un mantel hasta el suelo, lo que, por lo general, si se organizan por primera vez implica tener comprarlo. Lo ideal es elegir una tela vistosa, a juego con la decoración del salón, y  sobretodo, que se lave bien. No hay que olvidar atar las puntas del mantel a las patas para prevenir accidentes. Los adornos se coordinan con los manteles. Es conveniente, asimismo, disponer de un juego de servilletas apropiadas, que no serán las de mesa, demasiado grandes. El tamaño adecuado es 34x34 cm.



CUANDO ALGUIEN SE PASA DE COPAS.

Lo que NO hay que hacer.

- En estte tipo de fiestas es fácil beber más de la cuenta, sobretodo en verano, pero una persona adecuada jamás debe pasarse de copas en casa ajena.

- Si a lo largo de la fiesta se encuentra mal, debe pedir ayuda a los anfitriones, disculparse con ellos y marcharse, no se puede dar el espectáculo.



Lo que SI  que hay que hacer.
 - Ante una situación, es deber de los anfitriones que su invitado llegue a su casa sano y salvo. Si no está en condiciones, deben impedirle conducir, se puede pedir a otro invitado que le acompañe a casa  o llamar a un taxi.

- Al día siguiente, es de buena educación  interesarse por él ( a una hora decente, ¡Por supuesto!).




EL SERVICIO DE MESA.

En un cóctel, toda la comida está pensada para cogerla con los dedos o con los palillos; asi, no hacen falta platos, y en las mesas se colocarán simplemente bandejas y servilletas.

En el buffet, por el contrario, se suelen servir ensaladasm pudines,o patés; por tanto se preparará una mesa auxiliar con los platos, los cubiertos y las servilletas.

Cada fuente, por descontado, dispondrá de sus propios cubiertos de servir.
 Es mejor que las copas y las bebidas estén en mesas separadas. El anfittrión las servirá a medida que los invitados pidan, y cuidará de que no falte hielo en las cubiteras o en las enfriaderas.




DE LOS CAMAREROS A LOS CUÑADOS.

No hace falta decir que, aunque estas fiestas se celebren en  la propia casa, lo ideal sería contratar camareros., en el buffet, sobretodo, para que sirvan bebidas y ayuden a despejar las mesas de platos sucios, y en el cóctel, para que paseen bandejas a los invitados y se ocupen de las bebidas.
Pero todo esto es muy caro. Por el contrario ¿Quién no tiene hoy en día unos cuñados de los que echar mano? Desde luego, los hermanos también sirven, y algunos amigos íntimos. De no ser así, los anfitriones ya prueden prepararse para trabajar como locos, aunque el diccionario afirme que éstas comidas son de régimen de autoservicio.





OTRAS PREVISIONES.
Es conveniente destinar una habitación a guardarropa, a la que se irá dirigiendo a los invitados a medida que lleguen. Tampoco hay que olvidarse de poner a punto los cuartos de baño (todos los de la casa serán pocos), con toallas limpias, un poco de agua de colonia, jabón, peine y cepillo.
Aunque en estas fiestas se come de pie, hay que prever asientos para todos los invitados. Si no se pueden preparar mesitas para grupos pequeños, por ejemplo, hay que emplear todo lo posible; taburetes, sillas pleglables, sillones... procurando, sin embargo, colocarlos de manera que los invitados puedan circular sin tropezar con ellos.





ORGANIZAR LA MESA.

Las mesas para cócteles tienen pocos problemas, pues basta con colocar en ellas los alimentos de manera armoniosa. En el buffet, sin embargo, la cosa varía. Si se elige una mesa arrimada a la pared,los alimentos se colocarán en el orden de consumo. (primero ensaladas y entrantes, después carnes frías... etc.) la norma es marcar el principio del buffet cerca de la mesa que contiene la vajilla. Algunos buffets se montan en una mesa que se pueda rodear  y hasta se pueden ordenar los alimentos de modo que sea posible formar dos colas. Es conveniente que toda la comida esté a la vista, excepto los postres, que saldrán en una segunda ronda. No obstante, es recomendable disponer de reservas: en estas fiestas nunca se sabe, en realidad, cuanta gente va a venir.




EL INVITADO PERDIDO.
En las fiestas a las que se acude mucha gente no tardan en formarse grupos por razones de afinidad. Sin embargo, puede suceder que haya personas que han sido invitadaspor ser amigos de los anfitriones pero que no tengan demasiada familiaridad con el resto de invitados. En verdad, se esto sucede, los anfitriones deben ir en su busca, pensar en que grupo puede integrarse más armoniosamente, llevarlo con amabilidad hasta dicho grupo y hacer que participe de la conversación. 




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