domingo, 30 de junio de 2013

Saber estar II

Cómo comerlos.


Hay algunos alimentos para los que la etiqueta en la mesa marca unas normas, a veces poco o muy poco conocidas, pero que si las incorporamos a nuestra vida, a la hora de ser invitados en una fiesta o cena volverán a casa sin ninguna mácula.


ALBARICOQUES:
Se toman con la piel, por tanto, deben de salir a la mesa muy limpios y por tanto NUNCA pelarse.

ALCACHOFAS:
Si las alachofas salen enteras a la mesa, las hojas se arrancan con los dedos una por una y con delicadeza y su extremo carnoso se introduce en la salsa. Dicho extremo se raspa con los dientes y el resto de la hoja se va dejando a un lado del plato. El corazón de la alcachofa se come con cuchillo y tenedor.

BOLLERÍA:
Los dedos se trocean con los dedos, preferiblemente con el pulgar y el dedo índice, sería incorrectisimo hacerlo a pellizcos utilizando todos los dedos como si fuese una hogaza de pan. Tampoco se cortan por la mitad con el cuchillo.

CARACOLES:
Los caracoles o escargôts, rara vez se toman en los domicilios particulares, aunque sí que aparecen con frecuencia en las cartas de los restaurantes. Se sirven con un par de pinzas especiales y con un tenedor de púas en forma de horquilla. Se sujeta la concha con las pinzas y se extrae el caracol con el tenedor.
Queda particularmente grosero y de muy mala educación a la par de ordinario utilizar el palillo de madera o también llamado mondadientes y sorberlo como si fuera un sorbete. Si se quiere saborear la salsa, se deberá hacerlo siempre procurando hacer el menor ruido posible.

CEREZAS Y UVAS:
Se cogen siempre por el rabito con los dedos pulgar e índice. El hueso se deposita con suma discreción en la mano y luego se deja en un lateral del plato.

CÓCTEL DE GAMBAS O DE LANGOSTINOS:
Se come con cucharilla de postre, ayudándose con el tenedor de postre si fuese necesario.

CONSOMÉ:
Se lleva a la mesa en su propia taza con dos asas y su propio plato. Se toma con la cuchara de consomé, que es de tamaño mediano; si no se tiene, la cuchara sopera también sirve. El final del consomé puede tomarse directamente de la taza. Al terminar, la cuchara se deposita en el platillo.

CRUSTÁCEOS:
Existen tenazas especiales para romper el caparazón. Luego se emplea una cucharita o un tenedor pequeño para comer su interior.

ENSALADA:
Se sirve ya cortada, de forma que no haga falta cuchillo; se toma con el tenedor.

ESPÁRRAGOS:
En la intimidad pueden comerse con los dedos; en situaciones formales, hay unas pinzas especiales para manipularlos.

HUEVOS PASADOS POR AGUA:
Se sirven en una huevera colocada sobre un platillo. Con una cucharita, se golpea ligeramente la cáscara para romperla, se pone sal y se introducen en el huevo trocitos de pan, que se llevan a la boca con la ayuda de la cucharita.

LANGOSTA:
Suele servirse partida en dos mitades. La carne se come con los cubiertos de pescado.

MANTEQUILLA:
Suele servirse en un plato individual y con su propio cuchillo, que es pequeño.Si sale a la mesa en una pastilla común, se corta una porción que se coloca en el propio plato.

MAZORCAS DE MAÍZ:
Se cogen con los dedos y se van arrancando los granos con los dientes, aunque a veces se colocan unas pequeñas púas con mango a ambos extremos. Luego se usa el lavadedos. Sin embargo, no es fácil que las mazorcas de maíz aparezcan en una cena de compromiso, sino en reuniones familiares o informales.

MEJILLONES:
Si se sirven con sus conchas, se cogen uno a uno con la mano y se van extrayendo los moluscos con el tenedor. otro método, también válido, consiste en reemplazar el tenedor por la concha ya vacía de uno de los mejillones, que se usa como una especie de cuchara con la que se extrae cada molusco de su valva. Luego se usa el lavadedos.

MELOCOTONES:
Son bastante comprometidos. Hay que pelarlos con el cuchillo de postre mientras que se sujetan con el tenedor contra el plato.

MELÓN:
Se sirve en cortes longitudinales, que se sujetan contra el plato mientras, con el cuchillo, se separa la pulpa de la corteza y se corta en trozos pequeños, que se llevan a la boca con el tenedor.

NARANJAS:
hay que desplegar mucha habilidad con ellas, pues hay que pelarlas con el cuchillo y el tenedor y cortarlas, gajo a gajo, procurando no poner perdida la mesa.

OSTRAS:
Hay un tenedor especial para ellas. La carne se separa de la concha, que se rocía con limón antes de llevarla a la boca.

PASTA:
Los spaghetti y los tallarines se toman cogiendo unos pocos con el tenedor y enrollándolos sobre sí mismos. Se pueden apoyar en una cuchara y NUNCA se absorben.

PATÉ:
Se toma en tostadas, a veces untadas con mantequilla y cada bocado se prepara a medida que se va a comer.

PERAS Y MANZANAS:
La manera más elegante de comer cualquiera de estas dos frutas es trocearla en cuartos, pelarlos y comerlos con el cuchillo y el tenedor. si a alguien le gusta la piel, no hay ninguna razón para que no la pueda comer.

PESCADO:
Se come con el tenedor de tres puntas y la pala. bajo ningún concepto hay que usar el cuchillo de la carne.

PIZZAS:
En el restaurante se emplea el tenedor y el cuchillo. Los dedos se reservan para la intimidad.

PLÁTANOS:
Con el cuchillo se cortan los extremos; luego, la pieza se abre a lo largo y se extrae la fruta, que se trocea con el tenedor.

QUESOS:
Se sirven y se comen con pan. Si  son duros, hay que quitarles la corteza; si son blandos, no hace falta. Los cremosos se pueden untar en pan con el cuchillo de postre.

REPOSTERÍA:
los postres dulces se toman con cuchara de postre y tenedor. Los helados y los sorbetes se toman siempre con cuchara ( si se tiene curara cuadrada de postre mucho mejor).

SOPA:
Siempre con cuchara. la sopa se toma por un lado de la cuchara, nunca por la punta. Se introduce en el plato por el borde más próximo al comensal y se saca hacia el interior. Cuando el plato está casi vacío, se inclina ligeramente y se toma lo que haya quedado. Al terminar, la cuchara se deja dentro del plato.

TORTILLAS:
Está fuera de lugar contarlas con el cuchillo. Los platos de huevos siempre se toman con el tenedor y con la ayuda de un trocito de pan.

VERDURAS Y PATATAS:
No hay que trocearlas con el cuchillo, sino con el tenedor.



TRINCHAR; UN RETO PARA QUE UN ANFITRIÓN DÉ LA TALLA.
Trinchar un ave es todo un arte, y para hacerlo como se debe, en la misma mesa, y quedar como un señor hay que dominar perfectamente la técnica. aunque sólo la práctica hace al experto, daremos algunas indicaciones básicas para no iniciardos. Los instrumentos necesarios son el trinchante, un gran tenedor de dos púas y un cuchillo, también grande y muy bien afilado.
Lo primero que hay que hacer es sujetar bien el ave: luego, con el cuchillo, hay que cortar las articulaciones de las alas y separarlas de las pechugas. después se procede de la misma manera con las articulaciones del muslo, que se separan facilmente. Es el momento de filetear las pechugas; se empieza por la parte exterior, quitando primero la piel y moviendo el cuchillo en sentido horizontal. Por último, se procederá a filetear el resto del ave.
la carne se irá sirviendo a medida que se corta.
Es fácil deducir que hay que trabajar con rapidez para evitar que llegue fría a los platos.

OTRAS CARNES:
En teoría, también se trinchan en la mesa la pierna y la paletilla de cordero y la pierna de cerdo. Para la primera, se dan un par de cortes para trinchar alrededor del centro: luego se le da la vuelta a la pierna y se filetea en sentido horizontal. para la paletilla, se cortan lonchas gruesas o final, a uno y otro lado del centro antes de darle la vuelta y terminar de contar en sentido horizontal. la pierna de cerdo, por su parte, se va trinchando alternando los dos lados. Lo más agradecido es el redondo de ternera: como no tiene hueso, se divide en buenas lonchas y ya está listo para comérselo.


Todo un arte:

En el S.XV el marqués Enrique de Villena tenía tan clara la dificultad del trinchado que llegó a escribir todo un tratado sobre el tema, que por cierto, no ha perdido vigencia: el Arte Cisoria. Y es que, mientras pueda evitarse, un anfitrión no avezado debe practicar en privado antes de decidirse a trinchar una carne ante sus invitados. lo más práctico, en realidad, es sacar a la mesa las viandas ya cortadas: ponerse a ello, por ejemplo, antes de iniciar la comida y mantenerlas debidamente calientes hasta la hora de servir. Es un buen consejo para evitar algunos desastres posibles.

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